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Por siglos hemos contaminado mares con mercurio y estos animales modificados genéricamente pueden ser la solución

  • Foto del escritor: Oscar C
    Oscar C
  • hace 2 días
  • 2 Min. de lectura


La contaminación de los mares es un problema realmente serio, no solo por los plásticos y los derivados del petróleo, sino por otros agentes como el mercurio. Este elemento es uno de los que más preocupan a los expertos, pues se almacena en el pescado y, finalmente, acaba en las mesas de las personas.


Si bien el mercurio es un problema muy serio debido a su persistencia en el ambiente y su capacidad de bioacumulación en los ecosistemas, el metilmercurio, su forma orgánica más frecuente, es mucho más difícil de controlar. Es por eso que los expertos buscan ideas para hacer frente a la contaminación de los mares con este agente.


¿Qué es el metilmercurio?


El metilmercurio es la forma más tóxica de este elemento y la más fácilmente absorbible por los organismos vivos, según la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria. La institución agrega que es "altamente liposoluble y presenta una gran capacidad de fijación en las proteínas; además muestra un grado elevado de bioacumulación".


En altas dosis, este compuesto puede afectar seriamente el sistema nervioso central, especialmente de los fetos en desarrollo y en la primera infancia. Entre sus efectos se encuentran problemas conductuales leves, trastornos del lenguaje, pérdida de memoria, visión y oído. También está relacionado con dificultades de aprendizaje y retrasos del desarrollo.



¿Qué se ha hecho para evitarlo?


Recientemente científicos australianos afirmaron haber dado con un método eficaz para eliminar el metilmercurio. Estos han modificado el ADN de moscas de la fruta y peces cebra para insertar genes de bacterias que les permitan crear enzimas capaces de convertir el metilmercurio en gas de mercurio. Si bien este último no es totalmente inocuo, sí pierde su toxicidad y reduce considerablemente su bioacumulación.


A pesar de que esta investigación se encuentra en fases tempranas de desarrollo y a que aún queda mucho por comprobar, el experimento significa un gran paso para ingeniería genética. No obstante, no está libre de cuestionamiento éticos, pues hay quienes se preguntan qué tan lejos estará dispuesta a llegar esta disciplina en le futuro.


Aparte de esto, se ha intentado tomar varios enfoques para abordar el problema del metilmercurio, aunque sin mucho éxito. En la última década, por ejemplo, se han impuesto criterios cada vez más estrictos para los alimentos con riesgo de exposición a este compuesto. El problema es que no es fácil controlar su liberación, por lo que no se puede hacer mucho para reducir riesgos.

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