El nuevo problema de México y EUA no es por Trump sino por las aguas negras de Tijuana que ya son una crisis sanitaria en San Diego
- Oscar C
- 9 abr
- 4 Min. de lectura

México y Estados Unidos se enfrentan ahora por las aguas negras. Según denuncias de la Junta de Supervisores del Condado de San Diego, México tiene previsto verter más de 1,500 millones de litros de aguas residuales en el río Tijuana, lo cual de ser así, afectará directamente a territorio estadounidense.
Mientras tanto, pocos recuerdan un acuerdo binacional que fue firmado en 2023 en donde se prevé iniciar el tratamiento conjunto de estas aguas, aunque hasta 2026. Mientras tanto, se reportan playas cerradas, entrenamientos militares expuestos a escurrimientos tóxicos y una creciente crisis sanitaria en el estado de California.
Según un reporte de Fox News, el problema no es nuevo, pero se ha agravado en días recientes por labores de mantenimiento en el sistema de alcantarillado de Tijuana. Jim Desmond, político y uno de los supervisores del condado de San Diego fue de los denunciantes en redes sociales y afirmó lo siguiente:
"Así es como se ve la situación cuando México vierte millones de galones de aguas residuales sin tratar en Estados Unidos. Esto no es sólo contaminación, es una crisis sanitaria y ambiental, además de una amenaza a la seguridad nacional debido a la proximidad del entrenamiento de los Navy Seal. Y la cosa está empeorando: a partir del lunes, México planea verter millones de galones más a nuestro país"
El supervisor también dio declaraciones al citado medio en donde también declaró que Estados Unidos se ha convertido en el "vertedero" de México.
"En lugar de desviar las aguas residuales a una planta de tratamiento, simplemente van al río, a los barrancos y finalmente terminan en Estados Unidos y en el océano"
Según Fox News, las playas en el condado de San Diego han sufrido múltiples cierres, algunos de ellos prolongados por más de un año, como ocurrió en Imperial Beach. Además, el entrenamiento de los Navy SEALs, que se realiza cerca del cauce del río Tijuana, también ha sido afectado por la "escorrentía tóxica". Desmond incluso alertó sobre enfermedades respiratorias y malestares estomacales reportados por niños y ancianos en comunidades cercanas.

Este problema, que lleva décadas sin resolverse, se convierte ahora en un asunto de salud pública y de seguridad nacional. “Tenemos que tener un mejor sistema aquí en lugar de ser sólo una recolección de aguas residuales para Tijuana”, dijo el funcionario, quien sugirió incluso que el gobierno federal estadounidense podría imponer restricciones migratorias o limitar el otorgamiento de visas como medida de presión a México.
México y Estados Unidos no tratarán las aguas residuales juntos hasta 2026
Aunque las acusaciones y las denuncias han subido por parte de este grupo de funcionarios estadounidenses, no todo es falta de acción. Según La Jornada, en septiembre de 2023 ambos países firmaron un acuerdo para procesar 25 millones de galones diarios (94.5 millones de litros) de aguas negras vertidas por Tijuana. Sin embargo, el plan no se implementará sino hasta 2026, lo cual deja un margen de casi tres años más de vertidos sin tratar.
El acuerdo surgió tras 582 días consecutivos con playas cerradas y cinco años de presión por parte de políticos y ambientalistas del sur de California. Los 18 alcaldes del condado de San Diego enviaron una carta al gobernador Gavin Newsom en donde exigían que se declare un estado de emergencia.
Crecimiento urbano sin control, drenaje obsoleto y un sistema rebasado desde hace años
Parte del problema radica en el crecimiento desordenado de Tijuana. Según La Jornada, el auge inmobiliario provocó una demanda de alcantarillado que crece 1.7% anual, mientras que el rezago en la cobertura del servicio era del 12% en 2020. Además, el 46% de la red de drenaje ya era obsoleta en ese año. El resultado es que hay cientos de desagües irregulares y construcciones sin infraestructura básica que vierten directamente al canal y a las playas.

Vecinos de Playas de Tijuana ya han reportado con anterioridad esta situación donde denuncian desagües ilegales y escurrimientos permanentes. Las autoridades locales declararon que el problema es competencia de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pero, mientras tanto, se sigue arrojando agua sucia al mar. “Nos estamos acostumbrando a convivir con las aguas negras”, lamentó un vecino citado por el diario.
El seguimiento de la calidad del agua también deja mucho que desear. Aunque la ley obliga a medir los niveles de enterococos una vez al mes, en los primeros cuatro meses de 2023 sólo se realizaron dos estudios, según La Jornada. La exalcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, admitió durante su administración que el Comité de Playas Limpias, ente responsable de estas evaluaciones, funciona como una simple “mesa de café”, sin capacidad real de acción.
Esta falta de vigilancia no solo agrava la contaminación, sino que impide alertar a tiempo a las autoridades y a los ciudadanos sobre riesgos sanitarios. El precedente más crítico ocurrió en 2017, cuando lluvias atípicas colapsaron un colector en Tijuana y el derrame no fue informado oportunamente a Estados Unidos, lo que generó una crisis diplomática.

Estados Unidos exige sanciones
Hasta el momento, las autoridades mexicanas no han emitido comentarios públicos sobre las recientes denuncias, según Fox News. Mientras tanto, Lee Zeldin, administrador de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), anunció que visitará la zona fronteriza en las próximas semanas para abordar el problema.
"México debe aplicar urgentemente soluciones permanentes para poner fin a décadas de flujo de sus sucias aguas residuales hacia Estados Unidos"
El conflicto claramente superó el ámbito ambiental y ahora se trata también de un problema diplomático, sanitario y social que se agudiza con las políticas antimigratorias y nacionalistas de Donald Trump.
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